La Espada de la Escuela de Cheng Man Ching: "Un Arte dentro del Arte"
Dentro del armamento tradicional del Tai Chi Chuan, la espada recta es considerada como el arma más difícil de dominar. Es bien conocido el proverbio chino que reza “100 días para dominar el sable, 1000 días para dominar la lanza y 10000 días para dominar la espada.
Como vemos a un soldado de infantería le tomaba poco más de tres meses hacerse con un repertorio técnico apropiado con el sable. En torno a tres años eran necesarios para dominar la lanza. Lo más difícil era dedicar casi treinta años para obtener la pericia necesaria para comprender esta sutil arma. No es de extrañar que la espada fuera considerada un arma superior, a la vez que daba prestigio a quien la portase a su espalda. Era el arma de los caballeros y de los sabios taoístas.
Hacia el final de sus enseñanzas, el Profesor Cheng Man-Chi´ng sostenía que el Tai Chi Chuan que él practicaba y enseñaba era como un trípode basado en la forma de mano vacía, el empuje de manos y la espada, que, a su vez, incluye la forma de la espada y la esgrima.
Tradicionalmente la espada que se utiliza para la práctica de Tai Chi es la espada común china conocida como Chien o también como Gim. Es perfectamente recta y su hoja tiene dos filos. Tan sólo se afila el tercio más alejado de la empuñadura. En la actualidad aparte de las espadas comerciales metálicas, el practicante puede elegir entre ligeros modelos telescópicos y las réplicas en madera, más aconsejables para la práctica de la esgrima.
Por sí mismo, el trabajo de espada se puede considerar como un arte dentro del arte. A pesar de ello, técnicamente, la forma de espada debe seguir los mismos principios que su hermana de mano vacía, debe permitir el desarrollo de la relajación, así como el hundimiento de la cadera, la respiración y el Chi en el Dan Tien.
Se ha de mantener la espalda recta para una correcta alineación postural y dejar que el peso del cuerpo, y de la propia espada, se hundan en el centro de la planta del pie (conexión con el punto Yung Chuan). La cabeza permanecerá erguida, como si estuviese suspendida desde arriba (conexión con el punto Ni Wan). El cuerpo será una sola pieza. El arma será una parte más del cuerpo. La línea de los hombros estará alineada con la cadera y la nariz se alineará con el ombligo.
Los movimientos han de ser ejecutados de manera suave y continua, permitiendo al Chi fluir desde los pies hasta la punta de la espada. Se viajará de una postura a otra sin hacer uso de los brazos ni de los hombros. Como siempre la cadera será el comandante. El Chi y el "corazón-mente" deberán protegerse mutuamente en el Dan Tien. Como diferencias tenemos que la velocidad de la forma de espada es ligeramente superior a la velocidad de la forma de mano vacía. Asimismo la mirada ha de seguir a la espada y no al frente como en la forma de mano vacía. En concreto los ojos seguirán a la parte activa del arma o de la acción. En función de la técnica que se realice, éstos se fijarán en la punta, el filo, la empuñadura, o incluso la mano opuesta. Como ya vimos anteriormente, para la práctica de la esgrima se usan espadas de madera.
El Profesor Cheng Man-Ch'ìng enseñaba una esgrima caracterizada por gran libertad de movimientos. Ello supone la parte más aeróbica dentro del sistema, y en opinión de muchos y muy serios practicantes, la más divertida.
Para practicar esgrima correctamente, no deberíamos pensar en términos de cortar y no ser cortados. El énfasis estará en pegarse y adherirse. De ese modo escucharemos a la energía del adversario y así sabremos de sus intenciones.
No se puede ser perezoso en la esgrima. Los pies han de estar ágiles y rápidos. "Los pies son a la esgrima lo que la cintura es al empuje de manos" es una afirmación a tener muy en cuenta para el estudiante aventajado de esta escuela.
En contra de usar fuerza contra fuerza, el exponente deberá evitar los ataques de su contrincante con sutileza. Ello será posible si realiza rápidos, flexibles y eficientes desplazamientos. El fin es llegar a posiciones en las que nuestra espada nos proteja y al mismo tiempo tengamos a nuestra merced áreas vulnerables del oponente.
El método consiste básicamente en que las espadas de ambos contendientes se adhieran. Mi espada es un obstáculo para mi adversario, su espada lo es para mí. Por tanto ambas espadas permanecen en contacto pendientes del objetivo principal: la mano del adversario, ya que en condiciones normales éste será el punto más cercano de su cuerpo. Si yo voy tras la mano y mi contrincante a por mi corazón tengo una tremenda ventaja ya que mi objetivo estará siempre más cercano y accesible que el suyo, como nos advierte Wolfe Lowenthal tanto en sus obras como en sus cursos y clases.
Incluso en tiempos modernos, donde no es necesario el manejo de la espada por motivos de defensa personal, el estudiante serio se beneficiará del trabajo de esgrima por variadas razones:
De un lado tenemos que determinadas habilidades pueden ser mejoradas a través de esta faceta del Arte. Dichas habilidades suponen un desarrollo de los aspectos motrices y marciales del Tai Chi Chuan, a saber, distancia, tiempo, equilibrio, coordinación, percepción espacial, adherencia, suavidad, velocidad de reacción, escucha... por citar algunas.
De otro lado, el estudio y comprensión de la espada conecta al alumno con el no poco importante acceso a la historia y la cultura de las artes marciales chinas en general y de las internas en particular.
Pero quizás en el centro de todo esté el mayor de los beneficios que este arte puede aportar al practicante: El estudio de las interacciones del Yin y del Yang en la naturaleza (comprensión del macrocosmos) y el auto-conocimiento (comprensión del microcosmos), así como las extrapolables semejanzas entre el macrocosmos (la naturaleza -El cielo y la tierra- la creación en definitiva) y el microcosmos (el ser humano).
El cielo (Yang), la tierra (Yin) y el ser humano, que hace de antena entre ambos y que es quien puede recoger el Yang del cielo y el Yin de la tierra para cultivarlos de manera armónica en el Dan Tien obteniendo de ese modo un TAI CHI, representan los tres poderes, un pilar para el gran objetivo que Wolfe a menudo comenta y del que Cheng Man-Chi´ng hablaba: El estudio del Tao, el estudio de la Grandeza del Chi.
Quizá por ello el dominio del noble arma se reserva para quienes pueden usarla eficazmente sin esfuerzo aparente, aquellos quienes han alcanzado las más altas cotas de la Maestría en el Arte del Tai Chi.
Manuel Yubero
Practica Tai Chi Chuan desde 1983
Lo enseña desde 1989.
( Artículo publicado en la revista Taichi Chuan nº2 )