Reflexiones Sobre Taichi Vol 4, Nº4. Septiembre de 2003

La flexibilidad fue su herramienta (la del profesor). Sin embargo, no es una flexibilidad resultante de que todo esté inconexo. La clave es combinar las ideas de una sola pieza con la de flexibilidad, creando Taichi. 
En los clásicos se hace hincapíe por que la calidad de Taichi es como la de un látigo, en lugar de un palo. Es relevante que un látigo sigue siendo de una sola pieza pero no es rígido. Combina un chi unificado con total flexibilidad.
... deberíamos recordar que cuando decimos "Relájate", también decimos: "Mantente suelto".

— Wolfe Lowhental —

No Estar Allí.
De Taichi Thougths Vol 4 # 4

En uno de los libros de Carlos Castenada, Don Juan sostiene que es un guerrero cuando Carlos le pregunta cómo trataría un guerrero con un asesino. ¿Cómo puedes defenderte de un asesino que te espera con un rifle de alta potencia y una mira telescópica?. Yo no estaría allí, responde don Juan.

Don Juan está operando en una dimensión bastante rara, incluso para los estándares de lo milagroso, pero el principio es real. "No estar allí" está en el corazón de nuestro estudio. Cuando Cheng Man-ching dice: Deja que las células del cuerpo se relajen, se está refiriendo a la misma idea.

La dureza bloquea la energía, ya sea la energía dentro de nosotros o la energía de otro. La dureza o resistencia le da fuerza a un lugar para aterrizar. La no resistencia es la idea más difícil pero crucial en la aplicación de Taichichuan. Toma un trozo de tela, dijo el profesor. Puedes vencerlo, pero no puedes dañarlo. La tela es suave, no te resiste. Así que si eres suave como la tela, no te dañarán.

Sobre esto, la posición inicial para el empuje de manos o el da lu, nos colocamos de manera que nuestro pie delantero apunte al talón trasero de nuestro compañero, y viceversa. Esencialmente, esto significa que, como dice el dicho de la calle, no estamos "en su cara". La posición nos prepara para que, al ceder, yendo a la pierna trasera, formamos un ángulo con respecto al compañero y permite que bien nos empuje o bien que se avalancen cayendose.

Este es la actitud a nivel básico que debe permear hasta el nivel celular. No buscamos estar en confrontación, en oposición.

Si examinamos cómo se ve la autodefensa en general, la mayoría de nosotros la vemos como necesariamente confrontacional, incluso si no somos el agresor. Pensamos: "Debo defenderme", y en esa idea primero nos colocamos con actitud de dureza: enfrentamos al atacante, para que podamos "defender". Incluso salir huyendo, que no es la idea que postulo, generalmente comienza con la confrontación, aunque solo sea en el nivel mental.

Para ser verdaderamente suaves necesitamos cambiar la idea, la perspectiva esencial. No nos colocamos en oposición; Ni físicamente, ni psicológicamente, ni espiritualmente. No tenemos nada que defender, porque no estamos allí. El espacio donde debe estar el "defensor", confrontado en la cara del atacante, está vacante, vacío. Entonces el atacante no tendrá nada, no habrá lugar para aterrizar.

Nos lleva a un corolario del "Invertir en la pérdida" de Cheng Man-ching. "Pierde hasta que no tengas nada que perder", entonces, si eres atacado, no estarás allí.

— Wolfe