Empujado por El Profesor

«Ser empujado por el profesor era algo muy diferente. Me dio toques ligeros mientras neutralizaba en manos de empuje que me enviaron volando pero no considero esos como un ejemplo de su empuje. Cuando empujó para las grabaciones en video, la gente salió volando y no pudo mantener el equilibrio y yo también tuve esa experiencia, pero una de esas veces que me tocó fue muy diferente. Sentí como se acomodaba y sentí una especie de electricidad, una carga en el punto donde mi brazo estaba siendo tocado ligeramente, donde estaba en contacto físico con sus manos. Y luego simplemente salí volando. Se sentía como si me estuviera moviendo en cámara lenta. Mis oídos funcionaban, pero el sonido tenía una calidad de eco distante, como estar bajo el agua. Me sujetó la muñeca mientras avanzaba y así mi brazo se enderezó, como una cuerda floja sujeta firmemente por un extremo. Cuando mi brazo se quedó sin holgura, fue como una cuerda tensada. En ese instante, la sensación de cámara lenta se desvaneció y ahora me di cuenta de que estaba viajando a lo que parecían sesenta millas por hora en un ángulo ascendente de cuarenta y cinco grados. Mi brazo recibió el impacto del empujón y todo mi cuerpo se sacudió violentamente. Entonces, finalmente, mi audición volvió a la normalidad. Esta fue mi experiencia del empuje del profesor. Suave, pero muy, muy poderoso. Su contacto con mi brazo fue apenas perceptible, el empujón fue eléctrico e irresistible.»

« Being pushed by Professor was a very different thing. He gave me light touches while neutralizing in push hands that sent me flying but I do not consider those as an example of his push. When he pushed for the film, people went flying back and could not get their legs under them and I had that experience also, but one time he touched me was very different. I sensed him settle in, and I felt a kind of electricity, a charge at the point where my arm was being lightly touched, where it was in physical contact with his hands. And then I just took off. It felt like I was moving in slow motion. My ears worked, but sound had a distant, echoing quality, like being underwater. He held my wrist as I went and so my arm straightened, like a slack rope held firmly on one end. When my arm ran out of slack, it was like a rope pulled taut. At that instant the slow motion feeling vanished and now I was aware that I was traveling  at what felt like sixty miles an hour at an up angle of forty-five degrees. My arm took the shock of the push and my whole body shook violently. Then, finally, my hearing returned to normal. This was my experience of Professor’s push. Soft, yet very, very powerful. His contact with my arm was barely perceptible, the push was electric, and irresistible.»

Bill Phillips